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AGRADECIMIENTO DEL CLAUSTRO DEL CEIP LAS SALINAS

27/05/2018  |  1154 lecturas
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El pasado miércoles 23 de mayo culminó, con la realización de su tarea final, la UDI lineal “Sembrando vida” y tenemos que decir que estamos muy contentos y emocionados. Y lo estamos por varias razones.

En primer lugar, por la capacidad que nuestros alumnos y alumnas han demostrado a la hora de difundir, expandir y concienciar a las personas de su familia y entorno sobre la importancia, transcendencia y significado de la iniciativa que se desarrolló en el colegio durante ese día: la donación de sangre. Fue verdaderamente una marea roja imparable de ilusión, de pasión y de transmisión de vida.

Estamos también muy emocionados por comprobar el nivel de implicación de las familias de nuestro alumnado demostrado en la colecta de sangre. Pero no solo por la calidad humana que esto comporta, sino por la paciencia sin límites, la comprensión y entrega desinteresada que nos regalaron. Es alentador pensar que la naturaleza humana es el servicio: “la vida es buena cuando tú estás feliz; pero es mucho mejor cuando los otros son felices por causa tuya”.

Estamos muy agradecidos y queremos que lo sepáis. Han sido muchas las semanas usadas para desarrollar esta UDI y enorme la cantidad de personas, más o menos vinculadas al centro, que se han prestado a colaborar con nosotros en multiplicar el alcance de lo que en principio pretendíamos. Ingente número de profesionales relacionados con la salud que, o de forma particular (y a veces abusando de su predisposición) o como integrantes de colectivos (Distrito Sanitario, Hospital de Poniente, Servicio de Urgencias de Roquetas de Mar, Asociación de Trasplantados Hepáticos del Hospital Carlos Haya, Centro de Transfusiones Sanguíneas de Almería), han permitido que sea una realidad ese objetivo tan ansiado de que la escuela se abra a la sociedad y de que esta entre en la escuela y se enriquezca con ella. O, dicho de otro modo, de que la escuela deje de ser esa institución tradicional, enclaustrada y aislada como una fábrica selectiva que derrocha talento y capacidades, pero olvida las redes colaborativas y la importancia del aprendizaje informal como nutrientes imprescindibles de la sociedad en la que está enclavada.

Gracias a todos y todas por permitir que nuestro colegio, durante estos días, se haya llenado de vida hasta derramarla, porque ya se sabe que donde hay vida, hay esperanza y, de esta, nunca estaremos suficientemente surtidos ni dispondremos de las dosis suficientes para continuar enfrentando los retos futuros.