EL USO Y EL ABUSO DEL WHATSAPP
Recordarán que el curso pasado les propusimos iniciar una serie de entregas para abordar distintos temas. La anterior fue "El uso educativo de las redes sociales", hoy queremos fijar el foco sobre: "El uso y abuso del Whats App".
Es obvio decir que para los padres y madres, la mensajería instantánea constituye una manera eficaz de compartir información y de que esta llegue rápida a todas las familias. Información que se referirá a recordar fechas (de excursiones, plazos de entrega, administrativos...), aporte de materiales poco habituales, comunicaciones, etc. Pero detengámonos en lo que no parece tan obvio. Y es que el uso indiscriminado del WhatsApp en este enotorno escolar, también genera problemas, distinguiéndose dos tipos: los que afectan directamente al mal uso del sistema y los que repercuten de lleno en aspectos educativos y formativos que tanto nos preocupan.
Cuando hablamos de problemas derivados del abuso, nos estamos refiriendo a que las comunicaciones en estos grupos se convierten con frecuencia, en foros de opinión, protesta, rumores, críticas, enfados que, dificilmente, podrán ser argumentados.
De otro lado, hablábamos de los aspectos negativos del funcionamiento de estos grupos que repercuten de plano en aspectos educativos y formativos del alumnado.
El teléfono móvil y estas aplicaciones se están conviertiendo en herramientas para solucionar las obligaciones de los alumnos y habría que considerar que las obligaciones son de ellos, no de los padres porque supervisar no es lo mismo que solucionar; que las responsabilidades hay que asumirlas (para bien o para mal) y que los errores propios también; que todo esto junto moldea la personalidad y favorece la autonomía, ambos aspectos imprescindibles para su desarrollo futuro, su autoestima y su personal búsqueda de la felicidad.
Para acabar, algunas recomendaciones que se nos ocurren:
- Es imprescincible que acabe con los usos inadecuados, los rumores, las críticas, etc.
- Los malentendidos conviene tratarlos directamente con los implicados.
- Los padres no deben convertirse en las agendas de sus hijos (en este sentido les recomendamos esta lectura)
- No rebase la línea de la preocupación y vigilancia normales: de padres hiperprotectores, habitualmente crecen hijos carentes de autonomía.